- Sos el más experimentado del grupo. ¿Te sentís el capitán?
- No, y tampoco me gusta ponerme en esos lados. Sí trato de ayudar en lo que puedo o darles una mano a los chicos en lo que necesiten. Igual, acá se trabaja en primera: los directores, coachs, el teatro, todo es de primera. Cris está pendiente de cada detalle, como siempre. Es su método de laburo. En cada pasada, siempre hay algo que corregir, jamás nos quedamos con lo que hay. Eso te incentiva a tratar de mejorarte todo el tiempo.
- Casi toda tu carrera fue con Cris Morena.
- Es cierto, aunque cuando ella se alejó, seguí haciendo otras cosas: Cuando me sonreís, La dueña, Fuerza bruta, los musicales Camila y Casi normales. Pero en su vuelta no podía no estar a su lado. No había dudas. Aliados es un proyecto divino y ahora estamos dándole un fin de ciclo con el teatro.
- ¿Hasta cuándo te imaginás con Cris?
- Este es el final. Quizás más adelante, cuando sea más grande, me llame para hacer otra cosa. Pero por el momento siento que con Aliados se me cumplió mi ciclo con Cris. En realidad, ya hace tiempo que se había cumplido pero tenía que estar en su vuelta y me hacía feliz la propuesta.
- ¿Se lo dijiste a ella?
- Lo sabe, está hablado. Aunque tampoco hay mucho más que decir. Lo importante es que ahora estamos acá en el Gran Rex y después saldremos de gira por el país y el exterior. ¿Cómo imagino mi carrera después de esto? Como la vengo haciendo hasta ahora, no muy diferente. Seguiré buscando mi camino en trabajos que me hagan feliz y sienta como verdaderos desafíos.
- ¿Sentís prejuicios por ser un chico Cris Morena?
- Sí, sé que siempre van a estar. Haga lo que haga, sé que los prejuicios van a estar siempre y para siempre. Pero no me preocupa, lo vivo tranquilo porque no hago mis laburos para limpiarme de los prejuicios ajenos o para que alguien diga: "Eh, mirá este chico". Trabajo porque me llena el alma tratar de superarme más y más. Y a eso voy. Si a la gente le gusta, buenísimo; y si no, hay otra gran variedad de actores para ver.
- Ahora también estás actuando en Sres. Papis.
- Sí, y está genial la oportunidad porque es para otro público. Ahí tengo una historia con Laura Novoa y me copó contar eso con una mujer más grande que yo. Con Laura desde el minuto cero pegamos una onda tremenda y nos divertimos mucho en las escenas.
- ¿Tendrías una historia con una mujer tanto más grande?
- No, no me imagino. Pero traté de actuar lo que me hubiese pasado a mí en esa situación. Me ayudó un montón Laura, por su gran experiencia de laburo, y fue saliendo bien. En mi vida, nunca me pasó una historia así y traté de contarlo lo mejor posible.
- Aliados toca temas espirituales. ¿En tu vida le das bola a eso?
- Sí, totalmente. Me gusta mucho manejar las energías positivas y tratar de salir de las negativas. No soy extremista pero siempre trato de priorizar lo espiritual y poner en primer plano el amor y lo que te saca adelante, como la alegría. Siempre priorizo juntarme con mi familia y mis amigos, y hacer lo que me pone feliz. Trato de tener siempre una sonrisa; a veces se puede y otras no. Estoy con los tiempos medio justos pero tengo ganas de empezar yoga, sobre todo los sábados que estoy más tranquilo. Y ya hablé con mi abuela Amalia, para empezar pintura con ella.
- ¿Qué pinta tu abuela?
- Hace paisajes y lo que surja en el momento. Pinta mucho, es una genia y me parece lindo aprender a hacerlo con ella porque sería una buena forma de empezar a manejar mejor las energías.
- ¿Tus abuelos que dicen de tu carrera?
- Amalia y Carlos son mis abuelos maternos y están orgullosos de mí. Cada vez que me van a ver se largan a llorar. Los cuatro, porque también tengo a mis abuelos paternos, Teté y Quique. Son mis fans incondicionales. Tengo una familia muy unida gracias a Dios.
- Recién hablaste del amor. Estás de novio con Martina Stoessel.
- Sí, ella es uno de mis cables. Es mi amor. Me hace muy bien el amor en general: el de mi familia, mis amigos y mi novia. Con Tini estamos ya hace más de un año y estamos bien, felices. Yo estoy feliz, disfrutando.
- Vos en Aliados y ella en Violetta. ¿Cómo manejan la relación estando tan expuestos?
- Si se quiere, se puede. Hay que saber cuidarse y respetarse todo. Lógicamente, si nos reconoce alguien por la calle y nos pide una foto no podemos ocultarnos, está todo bien. Pero tratamos de cuidarnos, preservarnos y respetarnos. Sabemos por dónde movernos y no exponernos, o exponernos cuando queremos. Mantenemos un perfil bajo y así lo vamos llevando.
- En una nota ella contó que era tu fan de chica.
- No sé si tan así, más o menos, qué se yo (se ríe). Tini era fan de Patio feo a morir, no sé si era tan fan de Casi ángeles.
- En Brasil te pidió una foto, que hoy circula en Internet.
- Sí, pero no sé si era tan fan mía, era más de Patito. Igual, está bien, es una historia divina. Hoy veo esa foto y me río a carcajadas. A ella no le da vergüenza porque yo estaba sacándome fotos en la playa y me pidió una más. ¡Mirá si no se la hubiera dado!
- ¿Cómo fue la presentación con su familia?
- Como cualquier otra persona, me los presentó, los conocí y desde siempre tuvimos una muy buena relación. Más allá de que seamos conocidos, somos dos personas que se enamoraron y que tienen ganas de vivir esta experiencia. Por eso cuidamos nuestras cosas para nosotros y nuestras familias. Tengo una relación divina con ellos y Tini también con mi familia. Vivo solo pero también vamos a comer con mis papás y con mis abuelos. Tenemos una relación divina: somos novios y no hay mucho que decir y hacer.
- Martina tiene muchísimos fans, ¿aceptaron la pareja?
- Por suerte, sí. Muchas están encariñadas con la pareja de la ficción, porque viste que las fans a veces se inventan una película. Estoy enamorado y trato de hacer lo mejor por la otra persona. Soy como cualquier otro chico de mi edad.
- ¿Te sentís un chico común y corriente?
- ¡Es lo que soy! Hoy me toca ser famoso pero soy consciente de que el éxito es efímero y por eso me preparo para el día que no me toque estar en la cresta de la ola. Soy un pibe común y corriente y aunque siempre me ha ido bien, quizás tenga años en los que me toque no laburar y por eso me preparo para remarla cuando sea el momento. Estudio, experimento, busco crecer, porque a mis 23 años no siento que haya vivido el papel que me marque para toda la vida. Hoy, estoy feliz con lo que me toca vivir y siento que no me puedo quejar de nada porque tengo una vida divina.
- Linda manera de terminar la nota.
- Sí, es la verdad: tengo una familia que amo, amigos que amo y una novia que amo. Y a eso se le suma mi carrera y un laburo que amo. Me siento bastante centrado para seguir creciendo y para hacer cosas grandes y lindas. No me puedo quejar, estoy pleno y feliz.
@ Pronto por Nicolás Peralta .
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